jueves, 19 de febrero de 2009

ALMA EN PENA.

Alma en pena

Decían de él que era un alma en pena, esa cara inexpresiva con la mirada perdida, esos andares arrastrando los pies. Cuando era saludado apenas levantaba la palma de la mano acompañado de un arqueo de cejas casi imperceptible. Corrían rumores sobre su historia, unos decían que había perdido a su familia en un trágico accidente de automóvil, otros contaban que había sido abandonado de pequeño en un orfanato y que desde entonces se había convertido en un solitario. No conversaba con nadie y cuando entraba en la tienda a comprar su voz era un hilo de desesperanza.
Esa tarde lo vi. Pasar junto al bar. y lo invité a un café, intentó excusarse pero no tuvo fuerzas para negarse a la cortesía, fue un monólogo por mi parte, mil preguntas sin respuesta, no podía dejarlo ir sin enterarme que le había ocurrido en su existencia, le prometí ayuda desinteresada, hasta que me habló con sinceridad:

-Se lo agradezco de corazón, pero usted no puede ayudarme a soportar este enorme peso.

-¿Qué peso? -le pregunté-

- El peso de los cuernos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario